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Montar un restaurante no es solo abrir un local y empezar a cocinar. Es poner en marcha un sueño, arriesgarse, ilusionarse, y sobre todo, compartir lo que amas con el mundo. Hoy quiero contarte cómo nació Restaurante Tota, el proyecto que estoy construyendo con mucho cariño, desde cero, y que tiene como objetivo ser un lugar donde la buena comida, la calidez y la autenticidad siempre estén en el centro de todo.

¿Por Qué Decidí Emprender en Restauración?

La cocina como punto de partida

Desde siempre, la cocina ha sido una parte muy importante de mi vida. Cocinar no es solo preparar platos, es un lenguaje con el que se puede conectar con las personas, contar historias y despertar emociones. Por eso, después de muchos años trabajando en el sector, decidí dar el paso más importante de mi vida profesional: abrir mi propio restaurante.

El nacimiento de Tota

Restaurante Tota nace como un homenaje a todo lo que la cocina representa para mí: tradición, cercanía y pasión. El nombre «Tota» tiene un significado muy especial. Es un guiño a esa figura cálida que siempre nos recibe con los brazos abiertos, que cocina con amor, que sabe lo que necesitas antes de que lo pidas. Mi ilusión es que esa esencia se mantenga viva en cada rincón del restaurante: en los sabores, en el trato, en el ambiente. Que Tota no sea solo un lugar para comer, sino un espacio para sentirse en casa.

El Camino Hasta Aquí: De la Idea al Local

Empezar con los pies en la tierra… y el corazón en las nubes

Como todo proyecto grande, lo primero fue bajarlo a tierra. Estudié el mercado local, analicé qué tipo de experiencia gastronómica faltaba en la zona, y puse en papel todo lo que quería ofrecer: una cocina de temporada, honesta, con productos frescos y locales. Nada pretencioso, pero sí muy pensado.

Planificación y mil decisiones

Montar un restaurante implica tomar muchas decisiones todos los días. Desde el nombre, el menú y el diseño del local, hasta la selección de proveedores, el equipo de trabajo y la decoración. Y no nos engañemos: hay momentos de estrés, de dudas, de papeleo eterno… pero también de ilusión, de pequeñas victorias diarias y de una motivación constante que viene de saber que estás creando algo único.

Un Espacio con Alma Propia

Diseño y experiencia

Para mí era fundamental que Tota no fuera solo bonito, sino acogedor. Quería un lugar donde la gente se sintiera cómoda, sin prisas, como si estuviera visitando la casa de alguien cercano. Apostamos por un diseño cálido, con madera, iluminación suave y una cocina semiabierta que muestra con orgullo lo que se cocina.

Proveedores que suman

El corazón del restaurante es su materia prima. Por eso, elegimos trabajar con productores locales, sostenibles y que compartan nuestros valores. Queremos que cada plato que sirvamos no solo sea rico, sino también consciente.

El Equipo: Mi Segunda Familia

Gente con pasión, más allá del currículum

Cuando empecé a formar el equipo de Tota, no busqué solo experiencia. Busqué personas con actitud, con ganas de aprender, que amaran este oficio tanto como yo. Porque al final, el alma de un restaurante no solo está en la comida, sino también en quienes te reciben con una sonrisa, quienes cocinan con entrega y quienes hacen que el cliente quiera volver.

Cultura de equipo

Desde el primer día, apostamos por crear un ambiente sano, colaborativo y con mucho respeto. Aquí todos somos importantes, y todos sumamos. La cocina, el servicio, la limpieza… todo cuenta para lograr una experiencia redonda.

¿Cómo nos Dimos a Conocer?

Generar expectación antes de abrir

Antes de abrir nuestras puertas, empezamos a contar nuestra historia en redes sociales. Mostramos los avances de la obra, compartimos recetas, hablamos con la comunidad y creamos conexión. Queríamos que la gente sintiera que Tota no era solo nuestro, sino también de ellos.

Evento de inauguración

La apertura fue mágica. Hicimos un pequeño evento con amigos, vecinos, amantes de la gastronomía local y algunos medios. Fue una noche inolvidable en la que sentimos que todo el esfuerzo había valido la pena. Las primeras críticas fueron increíbles, y eso nos dio un empujón enorme para empezar con fuerza.

Esto solo es el principio

En Tota estamos comenzando, pero ya sentimos que estamos construyendo algo con alma. Queremos seguir creciendo, aprendiendo y, sobre todo, seguir compartiendo nuestra pasión por la cocina y el trato cercano.

¿Te Vienes a Vivir la Experiencia Tota?

Tota no es solo un restaurante. Es un espacio creado con cariño, con sabores que cuentan historias y con personas que te reciben con los brazos abiertos. Te esperamos para que lo descubras tú mismo. Y si estás pensando en emprender, te animo a que sigas tu instinto, te prepares bien y, sobre todo, pongas el alma en cada paso.